Ésta entrada fue inspirada por ésta entrada de mi estimada Caro. Lo escribí hace unos meses y ahora me parece que puede llegar a resultar hasta radical, entre otras cosas por las que ya no me gusta. No obstante, no quiero cambiarlo, lo publico tal cual como fue mostrado en sociedad alguna vez. Que lo disfruten.
Especismo y vegetarianismo: qué hacer para lograr una humanidad constructiva y respetuosa de la vida
Nota: La intención principal de éste escrito no es la de adoctrinar y convencer a nadie de cambiar sus hábitos alimenticios y de consumo, sino más bien la de explicar un pensamiento, una opción y una actitud frente a la vida consecuente con una serie de reflexiones personales y disertaciones que he realizado como individuo y que no son más que una muestra y una secuela de mis vivencias en este mundo y la forma en que éstas han labrado mi carácter.
“No matarás”
La Sagrada Biblia, Éxodo (20,13)
El ser humano vive inmerso en un planeta que comparte con una extraordinaria cantidad de individuos vivos de todos los tipos imaginables. Sin embargo, basado en ideas antropocentristas y sobre todo especistas, la humanidad se ha auto calificado como regente del mundo y por lo tanto se permite a sí misma el ignorar, subestimar e irrespetar las demás expresiones de vida que la acompañan en éste planeta.
El humano del siglo XX se ha encargado de renovar tanto su ética como su moral para así implementar dentro de su comportamiento y su pensamiento la aversión hacia actitudes que solían considerarse normales y correctas como lo son el racismo y el sexismo, pero que rayaban en los límites de la intolerancia y el irrespeto. Aún así, esta evolución de su pensamiento ético se encuentra en un estado embrionario al proclamar igualdad para la humanidad y por ende respeto, dignidad y derechos para todos, mas continuar ignorando por completo el respeto que debemos a las demás manifestaciones de vida, haciendo énfasis en la vida animal no humana que es la que se encuentra más cerca de nuestra especie.
El concepto de ética varía bastante de un individuo a otro. Sin embargo, existe una noción concensuada y arraigada en nuestra sociedad concerniente al hacer el bien a los demás y asimismo evitarles el mal, aceptada como precepto universal de lo correcto y o incorrecto. Podemos aclarar, sin querer ahondar en discusiones sobre qué es el bien y qué es el mal, que la gran mayoría de los grupos humanos consideran negativo y perjudicial el herir o peor aún, el asesinar a su prójimo.
Ahora, ¿por qué el ganado no es considerado nuestro prójimo?, si los animales en estado natural evitan a toda costa el sufrimiento y luchan por su supervivencia, ¿no significa esto que son conscientes de su vida y qué desean preservarla en las mejores condiciones (Al igual que nosotros)?, entonces, ¿qué nos da el derecho de decidir quiénes viven y en qué condiciones?, ¿por qué no reconocemos a nuestros hermanos animales como eso mismo, como nuestros hermanos?, compartimos con ellos tanto, que son muchas más las similitudes (Tanto biológica como etnológicamente, quien piense que esto último no es cierto, recuerde la manada de humanos con la que probablemente vive o con la que comparte el día y sus comportamientos, sus formas de satisfacer sus necesidades y de brindarse protección y compañía), que las diferencias.
Nuestra concepción del mundo, utilitarista y en extremo antropocentrista nos lleva a creer que el universo entero fue creado a nuestro servicio, profesamos que los recursos naturales que nos rodean están ahí para que los despilfarremos y actuamos ignorantes del (O tal vez tercos ante el) daño que ocasionamos a nuestros ecosistemas y las consecuencias que nos traerán y que ya empezamos a ver (El año dos mil cinco inició con un tsunami de proporciones diluvianas y antes de terminar hemos tenido que hacer un alto en el camino y lamentarnos por la devastación de huracanes y sismos en todo el mundo, ahora todos hablan de que por el derretimiento de los casquetes polares, en veinte años las ciudades costeras serán inhabitables y la población costera del mundo que se dice es la gran mayoría se replegará hacia las montañas y el interior de las formaciones continentales).
Esta visión de mundo es la que nos lleva a criar aves hacinadas en corrales, las cuales no pueden moverse en toda su corta vida y jamás llegan a conocer la verdadera luz del sol o la luna pues viven engañadas por la iluminación artificial que las mantiene insomnes. Es la que nos lleva a arrasar con bosques y selvas enteras para crear potreros (Principio del desierto), que le permitan pastar al ganado, o para sembrar hectáreas y hectáreas de coca, o hasta para construir exclusivas unidades residenciales. Éstos son tan solo algunos ejemplos de la destrucción que a nuestro paso propagamos.
Ahora, reconociendo a los demás animales no-humanos como seres igualmente vivos, respetables y poseedores de una dignidad irrevocable, es el instante de decidir detener su sacrificio. Es el momento de demostrar nuestras “grandes capacidades” tan altamente recordadas y mencionadas y crear una dieta y ojala una sociedad que logre subsistir sin el sacrificio de hermanos animales. Es el tiempo de reconocer el vegetarianismo como una opción respetuosa de la naturaleza, válida y responsable con respecto a nuestros deberes como la autodenominada especie superior.
La conciencia de la que tanto nos ufanamos y que decimos nos diferencia de las demás especies, debe ser entonces la puerta a nuevos saberes permitidos por nuestro respeto a la naturaleza. El depredador que en la jungla ataca a su víctima, lo hace por necesidad y por desconocimiento de la individualidad de su presa y posiblemente de la trascendencia de su muerte, nosotros, oh grandiosas creaciones del universo que suponemos estar en la cima del mundo y de la evolución, somos conscientes de la muerte y sus posibles significados, y tenemos por esto el deber moral de evitar el causarla.
La dieta vegetariana bien asumida y asesorada llega a ser una dieta incluso más sana que la dieta carnívora. Los vegetales, los cereales y los frutos nos brindan posibilidades de alimentarnos respetando la vida y conservando una excelente salud.
El vegetarianismo, como indicador de la actitud de respeto hacia nuestro prójimo, más que la opción que es en el presente, se convierte en La Alternativa de la humanidad para demostrar su virtuosidad y su compromiso con el universo y la especie misma.
Tal vez llegue algún día en el que tal como ocurrió con otros tipos de discriminación el especismo sea sencillamente abolido. Tal vez ese día logremos los humanos respetar, comprender y apreciar a nuestras hermanas especies. Tal vez ése día no esté tan lejos y podamos verlo y conocer sus ventajas. Pero, mientras ese día llega, yo seguiré intentando aportar con mi compromiso.