Aún el fin de esta guerra entre hermanos parece encontrarse distante. Y desde ya debemos empezar a luchar con sus fantasmas.
La salud mental del pueblo colombiano siempre me ha inquietado. Se dice que somos una raza maldita, que estamos condenados, que llevamos la violencia por dentro. Y cuando veo en el noticiero a los obreros que rompieron las tejas de un hombre mientras jugaban fútbol en la calle, y después se entraron a su casa y le quitaron la mano con un machete porque éste no les quería devolver el balón hasta que repararan su daño, tiendo a creerlo.
Pero después, cuando apago el televisor y voy a la sala y veo a mi familia, cuando recuerdo a mis amigos y conocidos, a mis profesores, vecinos y parientes, cuando pienso en los dueños de los blogs que suelo visitar y en los que no, me lleno de esperanza y me convenzo de que eso no es cierto. La imagen positiva de Colombia no son Juanes, Shakira y Camilo Villegas, somos todos nosotros quienes desde el anonimato deseamos un país mejor y trabajamos para lograrlo, no importa desde dónde ni cómo.
Pero ya me estoy apartando del tema que deseo tratar. Y es que cuando leo noticias como la del vínculo de bien arriba, mi imaginación y mi razón empiezan a trabajar. Recuerdo masacres como la de Pozzeto, pienso en los veteranos de las grandes guerras, en los alemanes reconstruyendo su país destruido, me viene a la mente una canción de eskorbuto que dice "Antes De Las Guerra Podias Regresar, Volver A Sus Casas Volver A Empezar, Una Vida Nueva Todo Quedo Atras, Una Vida Nueva Todo Quedo Atras!", recuerdo a Mambrú cuando partió hacia la guerra y nunca volvió. Pienso en las cicatrices que las guerras dejan en los pueblos.
Y me preocupo. Porque todos, querámoslo o no tenemos violencia en nuestras cabezas, no digo que seamos violentos, sino que hay imágenes que ya hacen parte de nuestro "inconciente colectivo", desde el bogotazo, hasta el secuestro. Nuestros niños (me parece de vital importancia para el desarrollo de una sociedad la comcepción de que los infantes no pertenecen a sus padres sino a la sociedad en general) están creciendo con imágenes de collares bomba, con bicicletas bomba y con niñas de su edad embarazadas. Yo mismo me sorprendo cuando al ir por la calle veo a la policía militar y en algunos sitios a militares propiamente, haciendo rondas en grupos de a cinco, y para todos nosotros es tan normal, tan habitual. En mi mente tengo imagenes fijas de la época de las bombas de Pablo Escobar, cuando yo tenía muy pocos años (ni siquiera cinco), hay una en especial de un payaso con la cara sangrando, quien llora y camina aturdido por entre los escombros. Ésa imagen jamás se borrará de mi mente.
Si la guerra acabara pronto, viviríamos una crisis en nuestra salud mental, habría que iniciar de inmediato planes para superar los traumas. Pero como el fin parece aún lejano, ¿qué debemos hacer? De seguro, aparte de todo el sufrimiento que la guerra nos ha dado, aún nos queda el sufrimiento de la posguerra y debemos ser un pueblo valiente y solidario para poder superarlo.
No obstante creo que es momento de concientizarnos de ello y empezar a hacer algo al respecto, por eso me parece importante mostrar las cosas buenas del país. Juanes y Shakira no son de mi agrado, pero al menos nos sirven para convencernos (no a la comunidad internacional sino a nosotros mismos) de que Colombia vale la pena. Y esos son sólo dos ejemplos, yo tengo muchas más razones para creer en mi país, entre las cuales están ustedes mis lectores.
La salud mental del pueblo colombiano siempre me ha inquietado. Se dice que somos una raza maldita, que estamos condenados, que llevamos la violencia por dentro. Y cuando veo en el noticiero a los obreros que rompieron las tejas de un hombre mientras jugaban fútbol en la calle, y después se entraron a su casa y le quitaron la mano con un machete porque éste no les quería devolver el balón hasta que repararan su daño, tiendo a creerlo.
Pero después, cuando apago el televisor y voy a la sala y veo a mi familia, cuando recuerdo a mis amigos y conocidos, a mis profesores, vecinos y parientes, cuando pienso en los dueños de los blogs que suelo visitar y en los que no, me lleno de esperanza y me convenzo de que eso no es cierto. La imagen positiva de Colombia no son Juanes, Shakira y Camilo Villegas, somos todos nosotros quienes desde el anonimato deseamos un país mejor y trabajamos para lograrlo, no importa desde dónde ni cómo.
Pero ya me estoy apartando del tema que deseo tratar. Y es que cuando leo noticias como la del vínculo de bien arriba, mi imaginación y mi razón empiezan a trabajar. Recuerdo masacres como la de Pozzeto, pienso en los veteranos de las grandes guerras, en los alemanes reconstruyendo su país destruido, me viene a la mente una canción de eskorbuto que dice "Antes De Las Guerra Podias Regresar, Volver A Sus Casas Volver A Empezar, Una Vida Nueva Todo Quedo Atras, Una Vida Nueva Todo Quedo Atras!", recuerdo a Mambrú cuando partió hacia la guerra y nunca volvió. Pienso en las cicatrices que las guerras dejan en los pueblos.
Y me preocupo. Porque todos, querámoslo o no tenemos violencia en nuestras cabezas, no digo que seamos violentos, sino que hay imágenes que ya hacen parte de nuestro "inconciente colectivo", desde el bogotazo, hasta el secuestro. Nuestros niños (me parece de vital importancia para el desarrollo de una sociedad la comcepción de que los infantes no pertenecen a sus padres sino a la sociedad en general) están creciendo con imágenes de collares bomba, con bicicletas bomba y con niñas de su edad embarazadas. Yo mismo me sorprendo cuando al ir por la calle veo a la policía militar y en algunos sitios a militares propiamente, haciendo rondas en grupos de a cinco, y para todos nosotros es tan normal, tan habitual. En mi mente tengo imagenes fijas de la época de las bombas de Pablo Escobar, cuando yo tenía muy pocos años (ni siquiera cinco), hay una en especial de un payaso con la cara sangrando, quien llora y camina aturdido por entre los escombros. Ésa imagen jamás se borrará de mi mente.
Si la guerra acabara pronto, viviríamos una crisis en nuestra salud mental, habría que iniciar de inmediato planes para superar los traumas. Pero como el fin parece aún lejano, ¿qué debemos hacer? De seguro, aparte de todo el sufrimiento que la guerra nos ha dado, aún nos queda el sufrimiento de la posguerra y debemos ser un pueblo valiente y solidario para poder superarlo.
No obstante creo que es momento de concientizarnos de ello y empezar a hacer algo al respecto, por eso me parece importante mostrar las cosas buenas del país. Juanes y Shakira no son de mi agrado, pero al menos nos sirven para convencernos (no a la comunidad internacional sino a nosotros mismos) de que Colombia vale la pena. Y esos son sólo dos ejemplos, yo tengo muchas más razones para creer en mi país, entre las cuales están ustedes mis lectores.
10 comentarios:
Psicosis post traumática se llama y no tiene cura
Gerente: A carachas, futuro color ébano se avecina. Pero espero que al menos podamos... no sé, digamos... vivir con ello sin mayores complicaciones.
Nota mental: TODO tiene cura, asi sea la psicosis pos-trauma, o lo que sea, lo unico importante es ver realmente que hace parte de nuestra cotidianidad y que no?, tenemos dos caminos, o acostumbrarnos a la guerra, a las bombas, y a los militares en la esquina de la casa o sorprendernos cada vez que pasa y asi evitar volvernos indolentes frente a todo,... la imagen del payaso es aterradora de por si, y en esas condiciones peor aun. yo tambien tengo imagenes mentales de estar poniendo (sin saber) cinta gruesa en asterisco en todas las ventanas de la oficina de mi madre en en centro y preguntarle ¿por que? solo para recivir respuestas como: "es para que cuando exploten las bombas no nos salten vidrios tan grandes".... yo dije mentalmente, MIERDA...paren este pais yo me bajo aqui..
Fernand045: Yo creo que en gran parte ya hemos generado una costra gruesa y fea para los hechos violentos, si no hay más de treinta muertos no nos aterramos, entonces el punto está en sacar esas expperiencis, exorcizar esos demonios para evitar convertirnos en un país lleno de traumas.
Un saludo.
y que puedo decir yo? pues que si, que hay seguir siendo sinceros con nosotros mismos y no abandonar la lucha, riéndonos o no de las desgracias de nuestro país, algunas veces reírse de uno mismo es una forma de superar las crisis...
Yo opté por tomar la vida en forma equilibrada sin atormentarme mucho por la realidad. Hay que vivir bien desde el hogar y así proyectarnos en el entorno laboral, social...No obstante, no podemos ser indiferentes. A veces dejo de escuchar noticias un fin de semana para relajarme e iniciar la semana como nueva... en fin, tratas un tema espinoso a la vez pero como dices tú, hay que seguir creyendo y mil gracias por apreciarnos con tu comentario al final.
Un abrazo afectuoso!
Nada es puro y cd: "Eso" es triste.
Lully: El aprecio se lo han ganado de una manera increíble, se necesita ser muy buena papa para pasarse por aca a leer mis divagaciones descabelladas. Hay que seguir creyendo en Colombia y trabajando por ella.
Un saludo.
Reunión Blogger la invitación abierta una buena ocasión para trascender el teclado y el monitor
Sábado 1ro. de Abril 8:00 p.m. en Luvina Libros cra 5 No. 26A-06. Tel. 2844157 Pasa la voz!!!!
hola viteh!
Annie: Tal vez vaya.
Assile: Hola, es un placer verte por acá.
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