25 de noviembre de 2025

Plegaria Novembrina

 


I. Plegaria novembrina


Que la entereza nos dure. Que la textura nos alcance. Que los años vengan con fiesta y emoción. Que las penas sean pasajeras, los dolores se alivien y las alegrías compartidas. Que los días pasen ligeros y felices. Que el agradecimiento nos cubra cada mañana al despertar. Que podamos amar y ser amadxs. Que nuestros pasos sean firmes, ya sea sobre el pavimento o en el monte. Que en el ruido encontremos la paz y en el silencio la claridad. Que las aguas vuelvan y la respiración vuele sobre aires limpios. Que la vida siga llegando como las olas en el mar.

II. El solitario - El diario de un borracho (Alfredo Gutiérrez)

En mi vida yo nunca he sido feliz
Las estrellas me iluminan al revés
Pues ya pienso que si volviera a nacer
Heredaba una traición y un gran sufrir
Por eso quisiera, ¡hoy ahogarme en el licor!
Para olvidar la traición de una mujer
Mientras viva no dejaré de beber
Hasta que encuentre, ¡ay, la dicha en el amor!
Voy a escribir en mi diario
Que voy vagando por el mundo
Ay, qué dolor tan profundo
Vivir triste y solitario
¡Sé!, que nadie me quiere
¡Solo! con mi pensamiento
¡Ay! con tanto sufrimiento
Así cualquiera se muere
Yo he venido a este mundo es a sufrir
Mujer que no jode es macho "Dicen por ahí"
Perro vagabundo, el bolsillo Pela′o
Me atrapo en su mundo
Me tiene enyerba'o
Me la encontré en el Festival de Guararé
Con ron abuelo y con Dorindo la rumbié
¡Ay! se me fueron las luces
Sírvame en la copa rota que hoy olvido esa mujer
Vivo tomando porque el trago es pa′ los machos
Un desamor me puede causar la muerte
Y si el mar se convirtiera en aguardiente
En el me ahogara para morirme borracho
Voy a escribir en mi diario
Que voy vagando por el mundo
Ay, qué dolor tan profundo
Vivir triste y solitario
¡Sé!, que nadie me quiere
¡Solo! con mi pensamiento
¡Ay! con tanto sufrimiento
Así cualquiera se muere

27 de octubre de 2025


 Desaparecer del todo y emerger días después de entre las matas. Salir de la arboleda y recorrer los templos derrumbados siglos atrás. Caminar sobre la polvareda en la que antes la enfermedad y la violencia acabaron con miles. Buscar el musgo entre las junturas de las piedras de lo que fueron santuarios, oler los riachuelos de sangre que aún corren entre las baldosas. Montarse a taxis compartidos que escupen humo casi negro y muy espeso y llegar a plazas viejas con iglesias rotas para recorrerlas entre monjas y palomas. Como en mi viejo barrio, en mi vieja casa: monjas, palomas y curas altos y sombríos. Paredes descascaradas y olor a orina. Montañas de basura y ratas desafiantes. La ilusión de la civilización, el derrumbe del mundo entero.

13 de agosto de 2025

Andar por andar


Andar. Andar por andar. Andar sin encontrar.

La deriva y la búsqueda y el camino y no el destino. Andar para observar y pensar y sentir pero también para distraerse y dejarse llevar: Por el viento, por la corriente, por el agua que escurre hacia una cañería después de una tormenta que nos dejó sin electricidad, bajo la luz de la luna y las estrellas y con el silencio de los grillos. Las piedras del camino y las nubes en el cielo. La hierba que se pega a la ropa. La rama que rasguña un rostro, suavemente, apenas sacando un hilito de sangre y generando un ligero ardor.

Andar y buscar, procurar la interferencia y la textura. Asumir el ruido y la incoherencia, la imprefección y el costo, el esfuerzo y el dolor. Construir la fricción, llevando la contraria a las promesas del presente y el futuro que nos llegan cada día. Hablar con algún desconocido. Escuchar. Muchas preguntas, pocas respuestas, algunos lugares comunes y el eterno retorno a lo que somos, a lo que fuimos, a lo que quisimos ser.