27 de octubre de 2025


 Desaparecer del todo y emerger días después de entre las matas. Salir de la arboleda y recorrer los templos derrumbados siglos atrás. Caminar sobre la polvareda en la que antes la enfermedad y la violencia acabaron con miles. Buscar el musgo entre las junturas de las piedras de lo que fueron santuarios, oler los riachuelos de sangre que aún corren entre las baldosas. Montarse a taxis compartidos que escupen humo casi negro y muy espeso y llegar a plazas viejas con iglesias rotas para recorrerlas entre monjas y palomas. Como en mi viejo barrio, en mi vieja casa: monjas, palomas y curas altos y sombríos. Paredes descascaradas y olor a orina. Montañas de basura y ratas desafiantes. La ilusión de la civilización, el derrumbe del mundo entero.

13 de agosto de 2025

Andar por andar


Andar. Andar por andar. Andar sin encontrar.

La deriva y la búsqueda y el camino y no el destino. Andar para observar y pensar y sentir pero también para distraerse y dejarse llevar: Por el viento, por la corriente, por el agua que escurre hacia una cañería después de una tormenta que nos dejó sin electricidad, bajo la luz de la luna y las estrellas y con el silencio de los grillos. Las piedras del camino y las nubes en el cielo. La hierba que se pega a la ropa. La rama que rasguña un rostro, suavemente, apenas sacando un hilito de sangre y generando un ligero ardor.

Andar y buscar, procurar la interferencia y la textura. Asumir el ruido y la incoherencia, la imprefección y el costo, el esfuerzo y el dolor. Construir la fricción, llevando la contraria a las promesas del presente y el futuro que nos llegan cada día. Hablar con algún desconocido. Escuchar. Muchas preguntas, pocas respuestas, algunos lugares comunes y el eterno retorno a lo que somos, a lo que fuimos, a lo que quisimos ser.