9 de agosto de 2024
Hacerse hogar. En un tejado, en un potrero, debajo de un puente, en una mini mansión pintada de blanco y llena de luz, en un apartamento vacío, en una carpa en las montañas. Hacerse hogar solo o en compañía, en pareja, con amantes o con amistades. Hacerse hogar construyendo, armando, poniendo y quitando. Hacerse hogar con las plantas, con la música, las pelis, los libros, las tiendas, las panaderías, las calles solas y húmedas en la madrugada cuando llegas alterado y no recuerdas cuál llave es cuál pero de algún modo logras entrar al edificio y arrastrarte hasta tu puerta, la tuya, la que no es de nadie más y entras y te tiras sobre un colchón inflable y en un par de horas amanecerá y ya estás en casa. Hacerse hogar viendo por la ventana, fumando, buscando formas en las nubes, apaciguando el ruido externo al poner la mirada sobre un pájaro, una hoja, un ladrillo que es de otro color. Hacerse hogar sin herramientas o con un martillo pequeño, poniendo cuadros, colgando máscaras, escribiendo en las paredes, pintando en el baño, escondiendo un tablero viejo detrás de un mueble.
Hacerse hogar con lo que se pueda. Hacerse hogar porque se necesita.
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