10 de febrero de 2006

Crónica de una muerte imprevista y notas de pie de página

La crónica:

Esta semana entré a la universidad. Aún así, en las noches tuve tiempo para realizar diversas actividades, entre ellas, cada noche sacaba a La Rata, la dejaba correr por todo el apartamento, jugaba con ella, intentaba enseñarle trucos, o a caminar detrás mío, en fin. Estuve pendiente de su aseo, de su alimentación, de su espacio, de que tuviera algo de madera para jugar y morder y de darle agua. Todo iba bastante bien, era muy inteligente, activa, todo un encanto que tan solo hizo un par de daños (mordió a mi hermana, mordió un mueble de mi cuarto, mordió un archivador).

Ayer, Jueves, tuve clase hasta las ocho de la noche (¿Qué no le he comentado la porquería de horario que tengo? imagínense un Martes de 7 AM a 8 PM, un Jueves de 9 AM a 8 PM y un Viernes con tan solo una clase). Llegué a mi casa a eso de las nueve, encendí el PC, me dieron mi comida y le pregnuté a mi hermana:

- ¿cómo va La Rata?
- No sé, no la he visto
- Porqué no me haces el favor de ir a verla
- Bueno... ¡Felipe, La Rata está muerta!

En ese momento salí corriendo y cuando llegué, la vi echada de lado, un poco como enroscada, no parecía respirar. La tomé, estaba flácida, parecía como de ule. No podía saber si respiraba, no le sentía pulso y no se movía. Después de unos momentos la di por muerta, pero no perdía las esperanzas. Y pues sí señores, tuvo una contracción en algunos de sus músculos, salimos corriendo a la cocina en donde servimos un poco de agua y le acercamos el hocio, reaccionó un poco y la dejé con mi hermana mientras fui a buscar medias y cosas para darle calor. Cuando ya la teníamos cobijada, mi hermana consiguió un gotero con el que empezamos a darle agua, era como si estuviera desmayada, no comía lo que le ofrecíamos, escasamente movía la cabeza y parecía perder el conocimiento nuevamente.

Toda la noche estuve con ella, algunas veces parecía reaccionar, pero al instante recobraba su condición. La tuve bastante tiempo junto a mi cuerpo intentando darle calor (lo que no resulta tan fácil, ya que la mayor parte del tiempo parezco muerto, suelo estar muy frío). Estuve con ella todo el tiempo que pude, dándole agua, que era la única forma en que reaccionaba. Cuando tuve que acostarme, le di las últimas gotas de agua y la dejé entre varias cobijas.

Al despertar, abrí la cobija rosada, la misma que me cubrió cuando bebé, la que me hizo pasar la mayor chiflada que haya escuchado en mi vida, y ahí estaba el cuerpo de La Rata, tieso cual pan francés

Notas de pie de pagina:
  • He abierto un nuevo blog, Ojos caleidoscópicos, acerca de mi producción audioviual y relativos. Quedan cordialmente invitados.
  • Damos también la bienvenida a la licencia de Creative Commons, al final de la sidebar podrán enterarse aquellos que no tienen ni idea de qué hablo.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

noooo, loco la Rata se murió de hambre. . .ellos comen cacahuates y nada mas. . .agua por montones. . .muchos cacahuates al dia, como 50 o 60 mínimo. . .

SrFiasco dijo...

Ah, changos, ahora me siento tan culpable...

Pobre La Rata, era tan chévere. aunque ahora me pregunto, ¿qué comería cuando estaba viviendo en la calle?

La Rata II, buen nombre pero no, no quiero sufrir y hacer sufrir a otro pequeño y hermoso animal.

Silver Editions. Colina Revista. dijo...

Gracias por la visita y las felicitaciones.

SrFiasco dijo...

Anthea: La Rata vivió conmigo menos de ocho días, creo que siete.

Gracias por las visitas

LA STULTA VIRO: dijo...

Esa es la razón por la cual decidí prescindir de mascotas: se mueren. Primero fue un perro, un mes agonizando, un mes entero en el que me dediqué a tratar de evitar lo inevitable. Finalmente se murío una tarde y no hubo nada que hacer. Después intenté con los peces tropicales... mi ignorancia y la nula asesoría del vendedor de la tienda de mascotas me llevó a mezclar peces agresivos con peces pacíficos. El resultado: llego a mi casa y encuentro peces regados por toda la sala. Al parecer prefirieron saltar al vacío que morir en las fauces de los depredadores. Una experiencia dantesca, sencillamente horrible. Así que decidí no tener más animales, al menos por el momento.

Fernando 45 dijo...

sabias palabras las de el compañero stultaviro, es mejor no tener nada a tener algo que este sufriendo y muriendo constantemente, personalmente aconsejo las plantas, aunque conosco gente que logra matarlas aun mas rapido que a los animales, y doy fe que les hechan agua, y las dejan al sol, no se como hacen...

www.cuantotiempoespero.blogspot.com

SrFiasco dijo...

Pues yo ni siquiera plantas he podido tener, ¿se acuerda de las semillas de bonsai que usted mismo me regaló y la información que me envió por fax?, pues las semillas no las he encontrado desde ese entones (¿Cuatro años tal vez?).

Anónimo dijo...

Es doloroso perder mascotas, es mejor evitar el sufrimiento posterior, siempre las perdemos en menos tiempo de lo que imaginamos.
De otro lado, verè que tienes con tus creaciones nuevas.
Un abrazo!

Anónimo dijo...

mi mas sentido pesame. la rata ERA un ser viviente hasta que llego a sus manos. asesino!! bueno no importa... las ratas siempre te llevaran a su agujero...

SrFiasco dijo...

Shhh, no diga esas vainas que aquí todos sabemos que no son ciertas.

Anónimo dijo...

no te afectes!! la verdad duele... cierto??

SrFiasco dijo...

¿Qué le pasa?: Ábrase niñita.