31 de marzo de 2006

Mujeres...


En éste blog surgieron en mí nuevos cuestionamientos con respecto a un tema que me apasiona, el papel de la mujer en la sociedad. Sobre todo por esta entrada.

Pero como de momento tengo pereza, los dejo con una excelente caricatura y una corta reflexión personal que podría decirse sintetiza mis ideas al respecto:

"La mujer ha sido injustamente oprimida y desvirtuada por la sociedad patriarcal. Eso es cierto y nada ganamos con quejarnos pese a que no sobre la denuncia como parte de un proceso de toma de conciencia y cambio de actitud.
Es momento de que la mujer empiece a tomar su merecido lugar en todos los ámbitos,pero eso no se logrará con quejas sino con acciones."

29 de marzo de 2006

Especismo y vegetarianismo: qué hacer para lograr una humanidad constructiva y respetuosa de la vida

Ésta entrada fue inspirada por ésta entrada de mi estimada Caro. Lo escribí hace unos meses y ahora me parece que puede llegar a resultar hasta radical, entre otras cosas por las que ya no me gusta. No obstante, no quiero cambiarlo, lo publico tal cual como fue mostrado en sociedad alguna vez. Que lo disfruten.


Especismo y vegetarianismo: qué hacer para lograr una humanidad constructiva y respetuosa de la vida

Nota: La intención principal de éste escrito no es la de adoctrinar y convencer a nadie de cambiar sus hábitos alimenticios y de consumo, sino más bien la de explicar un pensamiento, una opción y una actitud frente a la vida consecuente con una serie de reflexiones personales y disertaciones que he realizado como individuo y que no son más que una muestra y una secuela de mis vivencias en este mundo y la forma en que éstas han labrado mi carácter.

“No matarás”

La Sagrada Biblia, Éxodo (20,13)

El ser humano vive inmerso en un planeta que comparte con una extraordinaria cantidad de individuos vivos de todos los tipos imaginables. Sin embargo, basado en ideas antropocentristas y sobre todo especistas[1], la humanidad se ha auto calificado como regente del mundo y por lo tanto se permite a sí misma el ignorar, subestimar e irrespetar las demás expresiones de vida que la acompañan en éste planeta.

El humano del siglo XX se ha encargado de renovar tanto su ética como su moral para así implementar dentro de su comportamiento y su pensamiento la aversión hacia actitudes que solían considerarse normales y correctas como lo son el racismo y el sexismo, pero que rayaban en los límites de la intolerancia y el irrespeto. Aún así, esta evolución de su pensamiento ético se encuentra en un estado embrionario al proclamar igualdad para la humanidad y por ende respeto, dignidad y derechos para todos, mas continuar ignorando por completo el respeto que debemos a las demás manifestaciones de vida, haciendo énfasis en la vida animal no humana que es la que se encuentra más cerca de nuestra especie.

El concepto de ética varía bastante de un individuo a otro. Sin embargo, existe una noción concensuada y arraigada en nuestra sociedad concerniente al hacer el bien a los demás y asimismo evitarles el mal, aceptada como precepto universal de lo correcto y o incorrecto. Podemos aclarar, sin querer ahondar en discusiones sobre qué es el bien y qué es el mal, que la gran mayoría de los grupos humanos consideran negativo y perjudicial el herir o peor aún, el asesinar a su prójimo.

Ahora, ¿por qué el ganado no es considerado nuestro prójimo?, si los animales en estado natural evitan a toda costa el sufrimiento y luchan por su supervivencia, ¿no significa esto que son conscientes de su vida y qué desean preservarla en las mejores condiciones (Al igual que nosotros)?, entonces, ¿qué nos da el derecho de decidir quiénes viven y en qué condiciones?, ¿por qué no reconocemos a nuestros hermanos animales como eso mismo, como nuestros hermanos?, compartimos con ellos tanto, que son muchas más las similitudes (Tanto biológica como etnológicamente, quien piense que esto último no es cierto, recuerde la manada de humanos con la que probablemente vive o con la que comparte el día y sus comportamientos, sus formas de satisfacer sus necesidades y de brindarse protección y compañía), que las diferencias.

Nuestra concepción del mundo, utilitarista y en extremo antropocentrista nos lleva a creer que el universo entero fue creado a nuestro servicio, profesamos que los recursos naturales que nos rodean están ahí para que los despilfarremos y actuamos ignorantes del (O tal vez tercos ante el) daño que ocasionamos a nuestros ecosistemas y las consecuencias que nos traerán y que ya empezamos a ver (El año dos mil cinco inició con un tsunami de proporciones diluvianas y antes de terminar hemos tenido que hacer un alto en el camino y lamentarnos por la devastación de huracanes y sismos en todo el mundo, ahora todos hablan de que por el derretimiento de los casquetes polares, en veinte años las ciudades costeras serán inhabitables y la población costera del mundo que se dice es la gran mayoría se replegará hacia las montañas y el interior de las formaciones continentales).

Esta visión de mundo es la que nos lleva a criar aves hacinadas en corrales, las cuales no pueden moverse en toda su corta vida y jamás llegan a conocer la verdadera luz del sol o la luna pues viven engañadas por la iluminación artificial que las mantiene insomnes. Es la que nos lleva a arrasar con bosques y selvas enteras para crear potreros (Principio del desierto), que le permitan pastar al ganado, o para sembrar hectáreas y hectáreas de coca, o hasta para construir exclusivas unidades residenciales. Éstos son tan solo algunos ejemplos de la destrucción que a nuestro paso propagamos.

Ahora, reconociendo a los demás animales no-humanos como seres igualmente vivos, respetables y poseedores de una dignidad irrevocable, es el instante de decidir detener su sacrificio. Es el momento de demostrar nuestras “grandes capacidades” tan altamente recordadas y mencionadas y crear una dieta y ojala una sociedad que logre subsistir sin el sacrificio de hermanos animales. Es el tiempo de reconocer el vegetarianismo como una opción respetuosa de la naturaleza, válida y responsable con respecto a nuestros deberes como la autodenominada especie superior.

La conciencia de la que tanto nos ufanamos y que decimos nos diferencia de las demás especies, debe ser entonces la puerta a nuevos saberes permitidos por nuestro respeto a la naturaleza. El depredador que en la jungla ataca a su víctima, lo hace por necesidad y por desconocimiento de la individualidad de su presa y posiblemente de la trascendencia de su muerte, nosotros, oh grandiosas creaciones del universo que suponemos estar en la cima del mundo y de la evolución, somos conscientes de la muerte y sus posibles significados, y tenemos por esto el deber moral de evitar el causarla.

La dieta vegetariana bien asumida y asesorada llega a ser una dieta incluso más sana que la dieta carnívora. Los vegetales, los cereales y los frutos nos brindan posibilidades de alimentarnos respetando la vida y conservando una excelente salud.

El vegetarianismo, como indicador de la actitud de respeto hacia nuestro prójimo, más que la opción que es en el presente, se convierte en La Alternativa de la humanidad para demostrar su virtuosidad y su compromiso con el universo y la especie misma.

Tal vez llegue algún día en el que tal como ocurrió con otros tipos de discriminación el especismo sea sencillamente abolido. Tal vez ese día logremos los humanos respetar, comprender y apreciar a nuestras hermanas especies. Tal vez ése día no esté tan lejos y podamos verlo y conocer sus ventajas. Pero, mientras ese día llega, yo seguiré intentando aportar con mi compromiso.

[1] Por especismo se entiende una discriminación que en cierto modo es análoga al racismo y al sexismo, consistente en una exclusión de las demás especies basándonos en nuestra autoproclamada superioridad


25 de marzo de 2006

Los fantasmas de la guerra

Aún el fin de esta guerra entre hermanos parece encontrarse distante. Y desde ya debemos empezar a luchar con sus fantasmas.

La salud mental del pueblo colombiano siempre me ha inquietado. Se dice que somos una raza maldita, que estamos condenados, que llevamos la violencia por dentro. Y cuando veo en el noticiero a los obreros que rompieron las tejas de un hombre mientras jugaban fútbol en la calle, y después se entraron a su casa y le quitaron la mano con un machete porque éste no les quería devolver el balón hasta que repararan su daño, tiendo a creerlo.

Pero después, cuando apago el televisor y voy a la sala y veo a mi familia, cuando recuerdo a mis amigos y conocidos, a mis profesores, vecinos y parientes, cuando pienso en los dueños de los blogs que suelo visitar y en los que no, me lleno de esperanza y me convenzo de que eso no es cierto. La imagen positiva de Colombia no son Juanes, Shakira y Camilo Villegas, somos todos nosotros quienes desde el anonimato deseamos un país mejor y trabajamos para lograrlo, no importa desde dónde ni cómo.

Pero ya me estoy apartando del tema que deseo tratar. Y es que cuando leo noticias como la del vínculo de bien arriba, mi imaginación y mi razón empiezan a trabajar. Recuerdo masacres como la de Pozzeto, pienso en los veteranos de las grandes guerras, en los alemanes reconstruyendo su país destruido, me viene a la mente una canción de eskorbuto que dice "Antes De Las Guerra Podias Regresar, Volver A Sus Casas Volver A Empezar, Una Vida Nueva Todo Quedo Atras, Una Vida Nueva Todo Quedo Atras!", recuerdo a Mambrú cuando partió hacia la guerra y nunca volvió. Pienso en las cicatrices que las guerras dejan en los pueblos.

Y me preocupo. Porque todos, querámoslo o no tenemos violencia en nuestras cabezas, no digo que seamos violentos, sino que hay imágenes que ya hacen parte de nuestro "inconciente colectivo", desde el bogotazo, hasta el secuestro. Nuestros niños (me parece de vital importancia para el desarrollo de una sociedad la comcepción de que los infantes no pertenecen a sus padres sino a la sociedad en general) están creciendo con imágenes de collares bomba, con bicicletas bomba y con niñas de su edad embarazadas. Yo mismo me sorprendo cuando al ir por la calle veo a la policía militar y en algunos sitios a militares propiamente, haciendo rondas en grupos de a cinco, y para todos nosotros es tan normal, tan habitual. En mi mente tengo imagenes fijas de la época de las bombas de Pablo Escobar, cuando yo tenía muy pocos años (ni siquiera cinco), hay una en especial de un payaso con la cara sangrando, quien llora y camina aturdido por entre los escombros. Ésa imagen jamás se borrará de mi mente.

Si la guerra acabara pronto, viviríamos una crisis en nuestra salud mental, habría que iniciar de inmediato planes para superar los traumas. Pero como el fin parece aún lejano, ¿qué debemos hacer? De seguro, aparte de todo el sufrimiento que la guerra nos ha dado, aún nos queda el sufrimiento de la posguerra y debemos ser un pueblo valiente y solidario para poder superarlo.

No obstante creo que es momento de concientizarnos de ello y empezar a hacer algo al respecto, por eso me parece importante mostrar las cosas buenas del país. Juanes y Shakira no son de mi agrado, pero al menos nos sirven para convencernos (no a la comunidad internacional sino a nosotros mismos) de que Colombia vale la pena. Y esos son sólo dos ejemplos, yo tengo muchas más razones para creer en mi país, entre las cuales están ustedes mis lectores.

21 de marzo de 2006

Gratis Test de Personalidad

Viendo éste excelente capítulo de South Park recordé algo que ocurrió hace poco menos de un año: tomé (sin saberlo) el test de la cienciología.


Cierto día recibí una llamada de una muy buena amiga, quien me dijo que cuadráramos algo para celebrar el cumpleaños de uno de mis mejores amigos, Daniel. Al día siguiente nos encontramos en la Pontificia Universidad Javeriana, fuimos a almorzar y luego al parque nacional a revivir nuestra vieja costumbre de hablar con indigentes. Cuando nos aburrimos del seudocuentero apestoso (que nos siguió por algunas cuadras cuando le sacamos el cuerpo y nos fuimos sin darle monedas), partimos con rumbo a la Fundación Tomás Rueda Vargas.

Cuando íbamos bajando (en dirección oriente-occidente) por la calle 36 si mal no recuerdo, un letrero llamó nuestra atención: "Gratis Test de Personalidad", se encontraba en un edificio viejo, sucio y con una apariencia según la cual mi madre me habría prohibido el ingreso. Después de que Daniel y yo convenciéramos a Laura y a Julián de entrar a tomar el test, tuvimos que timbrar y esperar un buen rato a que bajaran a abrirnos.

La recepción era un escritorio viejo y trajinado, con unas sillas por cuyos rotos salía espuma amarilla con matices grisáceos, an cuanto entramos, pusieron seguro a la puerta, lo cual sumado al pésimo aspecto de la edificación nos llevó a pensar que habíamos cometido un error tal vez fatal. La recepcionista nos pidió un documento de identidad y firmar en una planilla de ingreso para después hacernos subir por las únicas escaleras que podíamos divisar.

No puedo decir con certeza la naturaleza del edificio, algunos sitios parecían apartamentos, otros oficinas. Al llegar al tercer piso nos condujeron a una oficina en donde un hombre sentado en su escritorio nos saludó e inició a contarnos un rollo que iba algo así: "El test que ustedes van a llenar es para determinar el estado de sus mentes, la mente humana bla bla bla bla (desde ahí me aburrí y me distraje)..."

Luego nos dieron un sobre con un cuestionario y otras cosas y nos hicieron sentar en una mesa que se encontraba en una especie de jardín detrás de la oficina, nos dieron lápices y nos pidieron llenar el cuestionario. A nuestro alrededor había estantes con unos libros que no recuerdo pero que creo eran ejemplares de "Dianética". (Ahora que lo pienso, yo guardé algo de allá, como una especie de recibo, ya vuelvo, voy a buscarlo... No, no apareció, quién sabe dónde andará entre tanta pendejada que guardo) Al principio llené el cuestionario honestamente, después de forma tal que me fuera a salir algún tipo de tratorno maniático y después me aburrí y lo llené al azar.

Cuando ya todos habíamos terminado (en realidad cuando ya todos nos habíamos aburrido y habíamos perdido la emoción de entrar a un sitio de tan mal aspecto), guardamos el test en el sobre y lo entregamos. Nos dijeron que bien, que bla, bla, bla (es que es costumbre, siempre me distraigo), y que pasáramos en dos días por los resultados. Obviamente se nos ha "olvidado" pasra a recogerlos.

El hecho es que ahora, con tanta curiosidad que me causa la cienciología, y el actual debate, y respuestas tontas como ésta a columnas como esta, y el periodismo gonzo o vivencial, y el "desparche", me dieron ganas de ir a tomarme el dichoso test ese otra vez, pero a la sede de cienciología, si quiero saber sobre la cienciología, he de ir a la fuente.

¿Moriré en el intento?, ¿me volveré admirador de Andrés López?, ¿seré la reencarnación de Hubbard?, ¿o descubriré y revelaré ante el mundo las falacias de la cienciología? (lo más probable es que no pase nada).

Todo ésto y mucho más en una próxima edición de: No se puede encontrar el servidor.

16 de marzo de 2006

Ojos Caleidoscópicos

Escribo sólo para informar que actualicé al otro lado. Aunque está teniendo montones de problemas que no he logrado solucionar. Si alquien puede ayudarme, se lo agradeceré eternemente durante un mes.

12 de marzo de 2006

Estampitas electorales

Instrucciones (si es usted Uribista):

Imprima la estampita que encontrará a continuación, recórtela y guárdela en su billetera, luego, en su tiempo libre, mientras descanse de tanto trabajar, busque una iglesia y haga que le echen agua bendita, desoués regrésela a su billetera. ¡Ojo!, es importante que le rece todas las noches, dentro de lo posible imprima una versión más grande de la estampita y la pone encima de su mesita de noche con una vela.


Instrucciones (si es usted antiuribista):

Imprima la estampita que encontrará a continuación, recórtela y quémela.


Sobre Álvaro Uribe Vélez:

En esta patria de blancos y negros con pocos matices, en esta época de Uribistas y colaboradores de las FARC, de paracos o de gente con conciencia social. En estas fechas en las que muchos blogs (cuyos dueños SÍ pueden votar) se llenan de publicidad política gratuita, en un día en el que tanto del futuro de nuestro país se decide, he decidido establecer mi posición frente al fenómeno Álvaro Uribe Vélez.

El gobierno de Uribe me ha parecido bueno. Han existido avances en algunos temas que son innegables.

No obstante son más los puntos flacos que le encuentro. Especialmente uno, que me resulta de vital importancia: el fenómeno Uribe, lo llamaré. En torno a Uribe se ha creado un fanatismo tal que me parece innecesario, las opiniones respecto al hombre se han radicalizado absurdamente. Los uribistas lo ven como un mesías redentor, mientras los antiuribistas lo ven como poco menos que el anticristo. Ha dividido al país de un modo tal que en mi corta vida no había visto, y eso bajo ningún punto de vista me parece positivo, menos en estos momentos de nuestra particular historia.

Uribe ha salido ileso de escándalos increíbles, los dineros de la gata, el lío de Pardo, por citar tan solo algunos de los más recientes. Y para mí se ha convertido en una muestra de lo que en adelante llamaré "la mentalidad papaya", siempre buscando cómo burlar la ley de garantías. Sobre eso se ha escrito ya bastante y yo personalmente recopilé algunos artículos hace un tiempo, léanlos aquí.

Respecto a ésto de la ley de garantías se encuentra el punto que más me disgusta de Uribe, su sed de poder. No habían pasado dos años de su mandato y sin que hubiera hecho mayor cosa ya se empezó a hablar de la reelección. Personalmente no me gustaría que mientras estoy jugando, alguien me cambiara las reglas. Me da desconfianza, de verdad, cuando escucho noticias turbias sobre Uribe me imagino que una vez reelegido va a hacer algo para quedarse en el poder por siempre, temo que enbobe más al pueblo y terminemos siendo nosotros mismos quienes lo convirtamos en nuestro dictador. Por eso la imagen de Darth Sidius, quienes han visto la saga de Star Wars saben de las estrategias de Palpatine para hacerse emperador, empieza como un viejito chévere que es senador y se trata bien con todo el mundo, como todos lo quieren lo eligen canciller y una vez allí, muerto de la risa aprovecha el momento adecuado para que sus engaños surtan efecto y el mismo senado de pie y aplaudiendo lo declare emperador, convirtiendo La República en El Imperio. No me gustaría que algo así llegase a pasar en mi patria.

Uribe es sólo un humano más, un político que "está de moda". Deberíamos ser más prudentes y reflexivos al elegir nuestro futuro presidente.

Y que por favor nadie me vaya a salir con el argumento de "¿y si no es Uribe quién?" porque ahí sí estamos jodidos, no podemos tomar una decisión tan importante basándonos en el mal menor. Sobre mis intenciones electorales hablaré después, cuando sea momento y me encuentra má decidido, cuando al menos sepamos a ciencia cierta quiénes se van a presentar a la presidencia.

Y su nombre era inspiración

La vi entre la muchedumbre. Intenté alcnazarla, pero el río de gente se interponía, caminé, troté, corrí, pero cada instante parecía más lejana. Ahí iba, vestida toda de blanco, con un hermoso velo curuba que el viento agitaba. Y yo, torpe como siempre, con mis jeanes rotos que se enredan con lo primero que encuentran. Le grité, le rogué qe me esperara, pero ella sólo me miraba y sonreía mientras su mirada me invitaba a seguirla.

Un semáforo la detuvo, y mientras los buses aceleraban para ganar su guerra del centavo yo la fui alcanzando. Cuando por fin, exhausto, me vi a su lado sólo supe preguntarle su nombre. Ella me observó y con una hermosa sonrisa prosiguió su marcha, esta vez perdiéndose entre los ejecutivos que con afán buscaban su almuerzo. La busqué, crucé la diecinueve y seguí por toda la séptima hacia el norte, llegué a la veintiseis sin rastro de ella, me devolví y bajé por la diecinueve hasta la caracas, nada. Fui hasta las aguas y allí me senté desesperado. Su rostro era lo único en lo que podía pensar. El aguacero que me lavaba me auguraba la mejor de las gripes. "Regresa, te necesito, quiero estar contigo y que tú estés conmigo".

Y ahí despeté murmurando tan solo una palabra, una y otra vez: inspiración, inspiración.

11 de marzo de 2006

1553

Los altavoces repiten a gran volumen con una voz que no les pertenece "you're the devil in disguise, oh yes you are", es demasiado movido para mí en este momento, adelanto, adelanto, adelanto, Slow hands de Interpol. Mi papá me pregunta por Villegas, por Montoya. En el nazinyer alguien me enseña su nueva cámara, "es casi la de mis sueños" le digo.

Las ventanas alumbran y alumbran, el insoportable sonido ése del nazinyer, unos me hablan, llegan correos, Charly García me canta, Sandro le canta a mi mamá, algún grupito pop le canta a mi hermana. Hablo de Brazil, del cineclub de la U, de gente de mi pasado, algún amigo me tilda de ingrato, me invitan a beber, les saco el cuerpo, a este también le saco el cuerpo, no quiero ver a nadie.

Pienso en el submarino, en el romanticismo (mi más reciente descubrimiento), el audiovisual, ojos caleidoscópicos, instinto bogotá, Rock and roll radio... Tengo menos proyectos de los que quisiera tener pero muchísimos más de los que tenía presupuestados hace tan solo dos semanas.

No, Nirvana no, adelanto, George Harrison, My sweet lord. Estoy rodeado de gente todo el tiempo, por todas partes, tengo que ir a radiónica, estoy aprendiendo a tocar guitarra, quien me enseña dice que tengo mucha habilidad, no sé si creerle, he recibido más llamadas en los últimos dos días que en el resto del año.


Pero me estoy sintiendo tan berracamente solo. Ahí está mi familia, siempre, acabamos de almorzar juntos, pero no, ellos no me pueden brindar lo que quiero. Están mis amigos de verdad, sé que puedo llamarlos cuando quiera, que cuento con ellos, pero no quiero. A mi otro grupo de amigos, el que era, no lo quiero ver, de verdad me dio piedra cierta vaina del que creía era mi mejor amigo entre ellos.

"envié mi Cadillac al mecánico..." suena de fondo, Live and let die canta cierto beatle. Como siempre, estoy solo, y es mi culpa, culpa de mi puta apatía, de mi desidia, de mis ganas de mandar el mundo a la mierda. Otro correo, seguro es una cadena, un día de estos lo reviso. Una vez más estoy maldiciendo mi forma de ser, mi forma de ver el mundo.

Mi mejor amigo al teléfono. Ahora viene a las seis, beso a mi papá en la cabeza mientras me devuelvo al PC. ¿en qué estaba?, ah sí, mi ataque. ¿porqué siempre?. Voy a mandar todo al carajo. Voy a terminar de escribir esta mierda y me voy a tirar en mi cama. En mi mente todo el tiempo ha estado pasando el vídeo de It's oh so quiet de Björk, aún mientras suena misteries of truth de Awaken, melodic death metal from Colombia. La banda sonora de Trainspoting, preciso.

Al fin de cuentas sé que mañana ya se me habrá pasado, y antes de un mes me habrá vuelto a dar.

Ahora sí acepto que el anónimo (que estoy casi seguro de que sé quién es) me diga que estoy confundido.

1 de marzo de 2006

Demos papaya

Al venir hacia mi hogar el día de ayer, fugazmente resplandeció en mi mente mi desagrado por la expresión "Dar papaya", es decir el denominado decimoprimer mandamiento y el consecuente decimosegundo "papaya ponida, papaya partida". Tras mi arribo al sitio donde comunmente resido, leí este artículo escrito por el buen hombre de Ungerente y no pude más que recordar mis disertaciones de bus.

Para mí el "dar papaya" es la máxima expresión de la porquería que todos llevamos dentro (me refiero en esta ocasión a los colombianos, no sé si otras nacionalidades tengan tan arraigados dichos de este talante). El no dar papaya es el principio por el que se rigen y se justifican el oportunista, el que hace zancadilla cuando ve la oportunidad, el que cubre sus gastos con los presupuestos de la nación, el que se desmoviliza para irse a armar nuevos grupos paramilitares, el que se vale de las falencias de la ley de garantías para transmitir sus consejos comunitarios, el que va por ahí buscando a quién hacerle el paseo millonario, el que hace pescas milagrosas por poner sólo algunos de los miles de ejemplos que a diario podemos presenciar en éste país del sagrado corazón.

Dar papaya es confiar en la gente, en las instituciones, hacer las cosas al derecho, creer en el deber ser da las cosas. El dar papaya arruina la inocencia de la gente, el ser inocente no es ser un tarado, es poder ir por el mundo sorprendiéndose de su belleza, por andar pensando en no dar papaya deja usted de ser inocente.

Esta bien, es necesario ser prevenido, quédense ustedes con su "no dar papaya", pero por favor, el "papaya ponida papaya partida" dejémoselo a "los otros" como diría Gina Parody (no interpreten esto como publicidad política, de paso sea dicho no me agrada el partido de la U). Cuando hayamos olvidado por completo el duodécimo mandamiento no será necesario practicar el decimoprimero.

La voz en mi cabeza recomienda:
  • Hice una de esas entradas al estilo "100 cosas sobre mí", lo pueden encontrar a su derecha o haciendo click aquí.
  • También pusé hace un tiempo un par de vídeos de Apocalyptica en Rock al parque, Cortos pero representan una bonita reminisencia. encuéntrelos aquí y aquí.
  • No había expresado públicamente mi alegría por el triunfo azul y el hat-trick de Ballesteros.
  • Recordando ésta entrada, los reto a responder éste test.